miércoles, julio 3, 2024
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Cristina Mucci: “Los políticos tendrían que hacer talleres de poesía”

  • Días después de que se publicara su nuevo libro, Lugones. Los intelectuales y el poder en la Argentina, también se anunció su regreso a la TV.
  • La reconocida conductora de Los Siete Locos se muda al Canal de la Ciudad.

En mayo de 1913, Leopoldo Lugones dicta una serie de conferencias en el Teatro Odeón. Allí postula el tema que aparecerá en el libro El Payador (1916). Teoriza sobre el país como proyecto. Y consagra la figura de Martín Fierro como héroe nacional. A las conferencias asiste el presidente Roque Sáenz Peña y todo su gabinete. Lugones es ovacionado: “Al decir Lugones las últimas palabras, la sala lo aclama, obligándole por dos veces a presentarse en el escenario, donde su aparición redoblaba la fuerza de los aplausos y de los bravos interminables. Buena parte del público espera luego a Lugones en el vestíbulo del Odeón, y en la calle, donde estas manifestaciones se repiten, efusivas”.

La anécdota puede leerse en la reedición de Lugones. Los intelectuales y el poder en la Argentina, de Cristina Mucci. Exceptuando su contenido –sumamente polémico–, aquellas conferencias de Lugones son un hito en la historia de la relación entre literatura y política en el país. Que una serie de conferencias sobre “el ser nacional” sean motivo de ovación, es algo sorprendente. Se dice que nunca más, en la historia del país, un escritor volverá a tener una recepción semejante.

Algunos años después, Lugones esgrimirá los argumentos de La Hora de la Espada. Y será el ideólogo del golpe de Estado a Hipólito Yrigoyen, el del 6 de septiembre de 1930. El primero del siglo XX. Su hijo, Polo, que desde los años 20 participa activamente de la Liga Patriótica y de la persecución a anarquistas, se hará famoso por las caricaturas del diario Crítica. Que le otorga el primer lugar en el panteón de los torturadores. Y como inventor: de la picana eléctrica.Vaccaro dialogó con los medios de comunicación escoltado a la derecha por la periodista Cristina Mucci. Foto: Verónica Bellomo/ Fundación El Libro.Vaccaro dialogó con los medios de comunicación escoltado a la derecha por la periodista Cristina Mucci. Foto: Verónica Bellomo/ Fundación El Libro.

La primera edición del libro de Cristina Mucci había salido en el 2009. En los tiempos en que se crea el movimiento de los intelectuales de Carta Abierta. O sea que toda una etapa de los últimos años en la anterior versión había quedado fuera de campo: “En esta reedición se reconstruye esta última etapa. Con todas las dificultades de lo que está pasando ahora: con la cultura –y el propio concepto de batalla cultural– en el centro del debate público”, dice en este diálogo con Clarín Cultura la periodista.

–¿Cómo es que llega a la figura de Lugones?

–Yo había escrito un libro sobre Marta Lynch –que ahora forma parte del libro Las Olvidadas (libro dedicado a las figuras de Silvina Bullrich, Beatriz Guido y Marta Lynch, 2022)–. Me había interesado mucho la figura de Marta Lynch por todos sus intentos de acercamiento al poder a lo largo de su vida, pasando por ideas muy diferentes. Comienza con Frondizi, después es cercana a Cámpora y Montoneros, después se acerca a Massera. Después intenta acercarse sin suerte al alfonsinismo, porque ya lo de Massera había sido demasiado. Y después se termina suicidando. Y yo encontré un paralelismo con la figura de Lugones muy fuerte. Lugones siempre quiso estar cerca del poder. Empieza en el socialismo. Después apoya a Roca y a la generación del 80, el liberalismo. Y después termina con La hora de la Espada, siendo el ideólogo del Golpe del 30. Y también después se mata. Tampoco consigue el lugar que él quería. Él quería ser el ideólogo del país, la gran figura. Logra ser una gran figura, pero no logra tener toda la influencia. Y sufrió mucho por eso. Entonces me atrajo mucho ese paralelismo. Porque es el mismo proceso. De dos personas muy diferentes, con literaturas muy distintas. Pero es un patrón que se repite.

–El libro tiene dos vertientes: la vida de Lugones por un lado; y el problema de la relación de los escritores con el poder, por otro.

–El intelectual en la Argentina, y los escritores en general, más allá de la cercanía o no con el poder, tuvieron un peso que hoy no tienen más. En los 60, la palabra de Sábato, te guste o no, era algo de mucho peso. Cuando Beatriz Guido escribe El incendio y las vísperas [1964] genera una conmoción. Hasta Perón opina sobre el libro. Frondizi los recibe en Casa de Gobierno, a Beatriz Guido y a Torre Nilsson, después del premio en el Festival de Cannes [en 1961]. Hay fotos. A las charlas de Lugones, iba el Presidente Sáenz Peña. El programa de Neustadt, te gustara o no, era el programa más visto a la noche. Y ahí se sentaban desde Borges hasta Bioy, pasando por Silvina Bullrich. Hoy prendés la tele y no hay más que gritos y se insultan, no saben ni hablar. Estamos muy lejos de aquellos comienzos ¿no? De 1837, por ejemplo, con Esteban Echeverría pronunciando sus conferencias en La Librería Argentina de Marcos Sastre. En esas conferencias se va a inspirar Juan B. Alberdi para escribir Las Bases… que son a su vez los primeros trazos de la Constitución de 1853. El vínculo entre los intelectuales y el país en el siglo XIX estaba muy claro. No es un mal comienzo. ¿Pero qué pasó? Vos vas por la calle y decís: ¡¿pero qué pasó?! Porque se ve: el proyecto era otro. Y en un momento se cortó.

Pérdidas

Un razonamiento podría ser que la pérdida del lugar simbólico de la cultura letrada y la Ilustración –o la propia crisis de la escuela sumada al auge de las tecnologías–, han promovido una degradación general de todo, de los públicos y las audiencias. Lo cual a su vez, en una suerte de círculo vicioso, ha generado un panelismo televisivo y un vedetismo de redes sociales orientado a audiencias no letradas o cuasi-letradas. En este sentido, Cristina Mucci es categórica: “Ok. Perfecto. ¿Así nos va mejor como país?”. Una respuesta al respecto podría ser: “Como país no. Y a los productores de TV, evidentemente, tampoco”.

Sus reflexiones sobre la TV, obviamente, tienen su pertinencia. Cristina Mucci conduce desde hace 37 años el programa de TV Los Siete Locos. Comenzó a emitirse en 1987 por Canal 13. Es el programa de cultura pionero de la televisión argentina. Y un caso único de permanencia en todos los países de habla hispana.

Quizá por eso Cristina Mucci no deja de conmoverse cuando, espectadores suyos de diferentes generaciones, le cuentan que cuando eran jóvenes dejaban de hacer zapping cuando se cruzaban con su programa: “El programa actualmente ya no se está grabando en la TV Pública. Está saliendo en repeticiones. Se dejó de grabar desde fin del 2023.”

–¿Está pensando en mudarse de canal?

–Sí. Ya lo estamos haciendo. Vamos a empezar a salir por el Canal de la Ciudad. Porque además, un programa como Los Siete Locos, ¿qué canal comercial lo va a transmitir? Está pensado como un programa para los medios públicos. Como un programa que no tiene publicidad. El programa es un servicio público. En los años 90, con Menem, también me tuve que ir de Canal 7. En aquel momento salimos por Canal á. Era otro país. Había muchas editoriales. Todos apoyaron. Este es otro momento. Ahora se habla de privatizar los medios públicos. Cada vez hay menos espacios. Se va como achicando todo. No se venden libros. Pensá que este país tuvo la industria editorial más grande de habla hispana. En la época del franquismo, los españoles leían los libros que se editaban acá. Hoy hay nuevos realineamientos. Eso me levanta un poco el ánimo. Por ejemplo, en el ataque contra el Fondo Nacional de las Artes: ahí kirchneristas y no kirchneristas se sintieron convocados para defenderlo.

–Lo mismo sucedió con la marcha universitaria.

–¡La marcha universitaria! Todo el mundo ahí. Gente que antes no se dirigía la palabra, comparte causas. Es rotundo cómo todo el mundo salió a defender el Programa Sur de Apoyo a las Traducciones (perteneciente al Ministerio de Relaciones Exteriores). Y por ahora nada de todo eso se ha cerrado. Hay que defender el Instituto del Teatro, el Instituto del Cine, el Conicet. Hay un montón de cosas que podemos debatir. Pero lo que hay, es un gran consenso respecto de que ninguno de estos organismos se debe cerrar. Las democracias más avanzadas del mundo mantienen todas sus instituciones culturales. Inclusive EE. UU., cuna del liberalismo, tiene televisión pública [la PBS: Public Broadcasting Service]. Habría que preguntarse por qué? Si no es negocio, ¿por qué lo mantienen?

Para Cristina Mucci también es polémico que se haya tomado la fecha del nacimiento de Lugones, el 13 de junio, para celebrar el día del escritor: “Muchos dicen que hay que terminar con esto: no nos representa. Cosa que por ahí sea cierta. Pero hay que discutir el rol del escritor que tenía Lugones más allá de lo que Lugones diga y haga. Lugones constantemente estaba tratando de aportar al país: mal, bien, pero tuvo esa actitud. Él fundó la Sociedad de Escritores y fue su primer presidente. En ese sentido es un emblema. Después se pueden discutir muchas cosas, que es lo que traté de hacer en el libro. Capaz que podría cambiarse hoy, y ser Borges tranquilamente. Pero hay una razón de por qué es Lugones”, argumenta.

¿Los políticos tendrían que tener una mayor relación con los intelectuales? La pregunta resuena una tarde de junio en su departamento del barrio de Retiro, casi en el límite con Recoleta. Unos niños pasan corriendo por el palier de su departamento.

Y Cristina Mucci toma toma entonces su libro para leer las palabras de Noe Jitrik que ella eligió para poner, a modo de epígrafe, en el último capítulo de su libro: “A los políticos les vendría bien relacionarse con los intelectuales, aunque solo sea en relación con el lenguaje. Tener acceso al lenguaje de los intelectuales, lo que no significa seguir sus opiniones ni sus consejos. Tendrían que hacer cursos de poesía, por ejemplo. Simplemente para expresarse mejor, escribir mejor. Porque escribir mejor lleva a pensar mejor, y el pensar mejor lleva a ser más responsable de lo que se hace y se dice. Y el ser más responsable lleva a ser más profundo. Cuando no se tiene una dimensión del lenguaje, se dice y se hace cualquier cosa”.

Cristina Mucci básico

  • Nació en Buenos Aires, en 1949. Es abogada, escritora y periodista.
  • Desde 1987 conduce y produce Los siete locos, el programa cultural pionero de la televisión argentina, por el cual ganó cinco Martín Fierro, entre otras distinciones.
  • Fue jurado de premios literarios, docente universitaria y conductora de otros ciclos como Pensándolo bien, Encuentros (dirigido por Oscar Barney Finn), El cine por asalto (con José Pablo Feinmann) y Buenos Aires Ciudad Literaria.
  • En 2010, recibió la Medalla del Bicentenario otorgada por la Ciudad de Buenos Aires. Es autora de Voces de la cultura argentina (El Ateneo, 1997), Pensar la Argentina (Grupo Editorial Norma, 2006) y Las olvidadas (Sudamericana, 2022), con biografías de Silvina Bullrich, Beatriz Guido y Marta Lynch.

Lugones. Los intelectuales y el poder en la Argentina, de Cristina Mucci (Sudamericana).

Fuente: https://www.clarin.com/cultura/cristina-mucci-politicos-hacer-talleres-poesia_0_qQQ2dnu1wV.html

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