martes, julio 2, 2024
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Dos sitios de trueque de libros permiten leer sin gastar

Nacho Damiano creó Pila de Libros y lleva cuatro años alentando intercambios pero además talleres y encuentros.Y Mariano Marquevich dio forma a la app Librología, donde se puede regalar, vender o conseguir títulos.

Dos sitios de trueque de libros permiten leer sin gastar

Años atrás, el ingeniero español Aitor Marco combinó sus dos pasiones (leer y resolver desafíos) y lanzó Bimdu, una aplicación que permitía el intercambio de libros usados con otros lectores de la misma zona y poder disfrutar de la literatura sin gastar una fortuna. Ahora, en la Argentina dos desarrollos ofrecen ese sistema de trueque que, sin gastar, permite acceder a historias, ensayos o poesía.

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Pila de Libros tiene dos espacios: la web y una cuenta en Instagram seguida por 40 mil personas que se encuentran para “contagiar las ganas de leer, ni más ni menos, sobre todo ni menos”, explica Nacho Damiano, creador del espacio, que además propone talleres e intercambio de reseñas y sugerencias.

Apenas comenzó a andar, en 2020 y en plena pandemia, generó 300 intercambios en su primera semana en Argentina, pero además en Santiago de Chile, Montevideo, Barcelona, Madrid y Berlín. Cuatro años después, crisis mediante e inflación, el proyecto sigue creciendo.

Más trueque, menos plata

“Notamos un aumento de actividad en el último tiempo –confirma Damiano a Clarín Cultura–, no solamente en más usuarios, usuarias que se van registrando, sino también en la participación: algunas personas cambian un libro y a la semana siguiente lo suben para conseguir otro. O sea, usan el sitio literalmente como biblioteca”.Tinder de libros: una pila de libros.Tinder de libros: una pila de libros.

De todos modos, Damiano no cree que solo influya el factor económico en Pila de libros: “El espacio tiene algo de red social también. En Pila de libros no solamente conseguís el libro, sino que conocés a una persona que tiene gustos relativamente similares a los tuyos y que vive bastante cerca. Entonces, de alguna forma excede el mero intercambio del objeto”.

Esas otras actividades que acompañan el intercambio de libros son los talleres que ofrece el propio Damiano. Formado como licenciado en Letras, es además editor, corrector, docente y gestor cultural. En su experiencia como tallerista en unidades penitenciarias, aprendió que “la difusión de la lectura y los planes de incentivo lector tienen mucho más que ver con contagiar un entusiasmo que con acercar un libro”, dice.

Las herramientas para ese objetivo de compartir la pasión incluyen una newsletter, episodios de podcast, videos en YouTube, la comunidad de Instagram e incluso los Pilafest, que es un trueque presencial que organizan cada dos o tres meses: “La gente llega con su mochilita cargada con los libros que quiere cambiar, se junta con otra gente, se toman unos mates y se cambian libros”, detalla.

¿Cuánta gente lleva adelante esta plataforma desde hace cuatro años? Solo una: Nacho Damiano: “Es un proyecto monopersonal. Hay quien me ayuda con la cuestión técnica de la programación de la web. Pero el resto lo hago todo yo”, confiesa.

–Pila de libros lleva cuatro años, ¿qué cosas te sorprendieron en este tiempo?

–Nacho Damiano: Son básicamente dos. Primero, la calidad y variedad de los libros que se suben, me parece que es una linda radiografía de la bibliodiversidad argentina. En este país, tenemos un ecosistema bibliófilo milagroso, diría, en algunos aspectos. Son muchísimos los proyectos editoriales que subsisten, cuyos dueños y dueñas no laburan de eso sino que lo hacen porque tienen ganas y todo lo que venden lo reinvierten. Hay una voluntad, una energía de hacer libros extraordinarios, que para mí es muy conmovedora. Y otra cosa que me sorprende es la red social que se construye. Conozco mucha gente que se hizo amiga de otra persona intercambiando libros, incluso se formaron parejas, hasta conozco una familia (una chica y un chico que se conocieron cambiándose un libro y hoy tienen un bebé). Esta es una arista que quizás al principio yo no veía tanto, pero hay mucha gente que le gusta leer y no tiene con quién compartir eso y lo encontró acá. Eso me sorprende para bien, sobre todo en las épocas un poco siniestras que vivimos en términos sociales, que Pila de libros sea un trampolín para que la gente se conozca y encuentre a un otro me sigue sorprendiendo.

Leer para ser sexy

Mariano Marquevich también lo apasiona la lectura. Y la psicología forense, disciplina a la que también se dedica. Por eso, al igual que Damiano imaginó una red social en la que sea posible hacer cuatro cosas: “regalar, intercambiar, vender o conseguir libros gratis”, lista. Así nació Librología, una aplicación que busca que los libros circulen y que en sus primeras semanas ya se descargaron casi cuatro mil usuarios y van por más.Mariano Marquevich dio forma a la app Librología, donde se puede regalar, vender o conseguir títulos. Foto: redes sociales.Mariano Marquevich dio forma a la app Librología, donde se puede regalar, vender o conseguir títulos. Foto: redes sociales.

“Se trata de una app 100% gratuita, sustentable y ecológica”, señala su creador. ¿Sustentable y ecológica? “La función ecológica de la app radica en que, si los libros que ya fueron adquiridos circularan de una manera más eficiente, se evitarían reimpresiones innecesarias con el impacto ambiental negativo que esto implica, tanto por la tala indiscriminada de árboles como por la basura acumulada. Que se tenga que imprimir un libro cada vez que alguien lo quiere leer, es absurdo y, encima, contaminante. Librología resuelve ese problema”, explica a Clarín Cultura.

Marquevich hace un cálculo innegable: la mayoría las veces, el libro que alguien quiere leer, otra persona ya lo tiene amontonando polvo en un estante, probablemente incluso en el mismo barrio o a dos o tres estaciones de subte. “El objetivo de Librología es promover la lectura, la cultura y la educación a través de los lazos sociales. Si se dinamiza la circulación de los libros existentes, se promueve un ciclo virtuoso que repercute en muchos aspectos: ambientales, sociales, intelectuales, mejora la paridad de oportunidades”, completa su creador.

O sea leer. Y hacer amigos mientras se lee. En eso están las casi cuatro mil personas que instalaron la aplicación en sus dispositivos. “Se trata de una red social que permite al usuario puntuar y reseñar libros, crearse un perfil de lector con los títulos que le gustan, los que leyó, está leyendo, o quiere leer. Pero, lo mejor es qué podés encontrar libros físicos gratis de otros usuarios por GPS y poner los tuyos para regalar, intercambiar o vender”, promociona.

Ese intercambio es cien por ciento gratis: la aplicación no participa de la comunicación entre usuarios. “Además, es más fácil que dos extraños se conozcan si ponés un libro en el medio. Por eso el slogan es: ‘leer es el nuevo sexy’”, completa el psicólogo.

Hasta ahora, lideran el podio de los libros más intercambiados los títulos de no ficción y autoayuda. También es el único creador y gestor de Librología: “La hice sin inversionistas, ni socios, ni subsidios, sólo con mis ahorros y contratando a los programadores idóneos. No tendría nada de malo si se tratara de un negocio, pero no es una cuestión de dinero, nace de la necesidad de evolucionar”, explica.

–La app parece enlazar dos tecnologías de siglos distintos: el libro, del siglo XV, y el celular, de fines del XX: ¿por qué decidiste apostar a los libros, un dispositivo al que no parecen darle mucha más vida tal como lo conocemos?

–Aparentemente, los objetos se hacen cada vez más inteligentes y los humanos más idiotas. Pero el devenir, además de transformador, es pendular. Acción, reacción. Todo ese avance tecnológico trae tendencias inesperadas. Las cosas se metabolizan no sólo son por lo que son, sino también, por el contexto en el que ocurren. Por eso, leer hoy es contracultural, vanguardista y, de alguna forma, más necesario que en tiempos anteriores porque es un antídoto a la velocidad desmesurada, al vacío y el scrolleo al infinito. Poniéndonos filosóficos, lo que Heidegger llama la vida inauténtica. Al abrir un libro, se detiene el tiempo. Permite ir al pasado, al futuro, frenar el presente, escuchar mentes brillantes y, después de leerlo, compartirlo. No hace falta cargarlo ni se agota la batería, no filtra tus datos. Que sea un invento del siglo XV no lo hace menos sofisticado.

Fuente: https://www.clarin.com/cultura/sitios-trueque-libros-permiten-leer-gastar_0_b9hPO803Cx.html

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