martes, julio 2, 2024
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Revelaciones sobre Raúl Soldi

A treinta años de la muerte del pintor argentino que realizó murales en varias ciudades argentinas, su legado sigue vigente; este circuito de quince paradas permite redescubrir su talento y las historias que viven en sus obras

e niño, en un conventillo vecino al teatro Politeama, construía pequeños escenarios de títeres y montaba obras de teatro. De grande, Raúl Soldi hizo escenografías para el Colón y para decenas de películas durante la era dorada del cine argentino, en los estudios de Argentina Sono Film. Nacido en Buenos Aires en 1905 y fallecido hace treinta años, llegó a tener una carrera internacional: formado en la Academia de Bellas Artes de Brera, en Milán, trabajó como escenógrafo en Hollywood; expuso en varios países; pintó un fresco en la Basílica Nuestra Señora de la Anunciación en Nazareth y está representado con dos obras en el Vaticano.

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Es uno de los artistas más importantes del siglo XX –dice Carlos María Pinasco, director del espacio que lleva su nombre-. Fue muy consecuente con lo que quería del arte: se había formado como un clásico y buscaba representar la belleza. Pero lo contemporáneo buscó lo conceptual, y la crítica lo dejó de lado”. A continuación, un circuito de quince paradas para redescubrir su legado.

Raúl Soldi retratado por Aldo Sessa en 1992
Raúl Soldi retratado por Aldo Sessa en 1992Gentileza Aldo Sessa/Carlos María Pinasco

Muestra homenaje

Un múltiplo de tres, como prefería Soldi “por cábala”: son 21 las pinturas exhibidas hasta el 15 de junio en Av. Quintana 125. Entre ellas, una que perteneció a Lino Palacio y El Break (1962), recreación del carruaje con el que sus hijos, Diego y Daniel, iban a buscar a la estación de tren de Glew a los amigos viajaban desde Buenos Aires para ver los avances de los frescos en la capilla. Entre ellos, Manuel Mujica Lainez, Antonio Berni, Xul Solar y Jorge Luis Borges.

El Break, óleo realizado por Soldi en 1962 que integra la muestra homenaje en Espacio Pinasco
El Break, óleo realizado por Soldi en 1962 que integra la muestra homenaje en Espacio PinascoGentileza Espacio Pinasco

Con esta muestra le rinde homenaje Pinasco. En 1991 codirigía con Ignacio Gutiérrez Zaldívar la Colección Alvear de Zurbarán, cuando Soldi inauguró allí otra exposición individual. Al año siguiente presentaron una retrospectiva en el Palais de Glace. “Con 402.000 visitantes que manifestaban su cariño por el maestro cada vez que estaba en la sala -recuerda Pinasco-, quedó acuñado entre nosotros el término megaexposición”.

Frescos Capilla Santa Ana de Glew

Teatro Colón

“¿Qué les parece?”, les preguntó Soldi a sus hijos, al mostrarles las telas en las que había trabajado varios meses en un taller del Teatro San Martín. Ellos dudaron, ante esas figuras que parecían deformes. Pero todo estaba perfectamente calculado, con maqueta y todo: la idea era que cobraran una forma armónica al verse desde la platea del Teatro Colón, donde acompañarían la curvatura de la cúpula. Y así se vieron cuando la Alegoría a la música, al canto y al baile se presentó al público el 25 de mayo de 1966, con presencia del entonces presidente Arturo Illia. “Manuel Mujica Lainez propuso que Soldi la pintara –recuerda Pinasco-, después de que Marc Chagall pintó la Ópera de París”.

El mural creado por Soldi para la cúpula del Teatro Colón
El mural creado por Soldi para la cúpula del Teatro ColónHernán Zenteno – LA NACIÓN

Entre el medio centenar de figuras que representan escenas de la danza, la ópera y sus músicos e intérpretes en una superficie circular de 318 m2, aparece un duende con un laúd. “De su padre, Ángel, un inmigrante de clase media baja que había tocado el violonchelo en la inauguración de la sede actual del Colón –explica Daniel Soldi-, había escuchado que un duende recorre los teatros cuando se va la gente. Es algo mágico.

Soldi terminando el mural del Teatro Colón, en 1966
Soldi terminando el mural del Teatro Colón, en 1966

Glew

Una gallina y una docena de huevos. Con eso le pagaba a Soldi el joven párroco franciscano Jerónimo Kardec por cada uno de los paneles pintados en el interior de la parroquia Santa Ana de Glew. Construida a principios del siglo pasado, el artista encontró su interior blanco, como un inmenso lienzo. “Papá le tenía más cariño que a la cúpula del Colón”, por cuya realización cobró “los recortes de tela que quedaban y los pomos de pintura usados para pintar en casa”.

Exterior de la Capilla Santa Ana, en Glew
Exterior de la Capilla Santa Ana, en GlewDIEGO SPIVACOW / AFV

Así lo asegura su hijo Daniel, al recordar que le llevó 23 veranos completar la obra. Tras ser invitado por amigos a pasar el día en aquel pueblo tambero con quintas y molinos, Soldi comenzó a frecuentarlo para pintar. Entre 1953 y 1976 realizó trece frescos que relatan la historia de Santa Ana, madre de la Virgen María, ambientada en esa localidad del conurbano bonaerense. De ahí el nombre del festival 23 Veranos, que se realiza cada año en su homenaje.

Interior de la Capilla Santa Ana, pintada por Soldi en Glew
Interior de la Capilla Santa Ana, pintada por Soldi en GlewDIEGO SPIVACOW / AFV

Por otra parte, en una casa de Glew cercana a la estación en la que vivió el artista, se alojan sesenta obras donadas por él junto con su biblioteca para crear la Fundación Soldi, que incluye un teatro. Abierta los fines de semana, en su cuenta de Instagram (@fundacionsoldi.oficial) difunde las actividades que organiza: visitas guiadas, concursos, ciclos de cine y talleres. “En cada muestra, decía: ‘Este cuadro no se vende’. Los guardaba para donar a la fundación”, recuerda Daniel.

Marama, obra de 1971 que se exhibe en la Fundación Soldi
Marama, obra de 1971 que se exhibe en la Fundación SoldiGentileza Fundación Soldi

Galerías Santa Fe

Soldi se contó entre los artistas convocados por los arquitectos Aslan y Ezcurra para intervenir las Galerías Santa Fe. En 1954 creó un gran mural en forma de espiral, ubicado sobre el café. Titulado Los amantes, es un relato visual que comienza con un maniquí desnudo, a partir del cual se desarrollan escenas cotidianas, vinculadas con las actividades de la galería y lo que allí podía encontrarse en su momento de esplendor, entre las décadas de los 60 y 80: moda, reuniones, lectura, muebles, juegos, música y hasta un vestido de novia.

"Los amantes", el mural realizado por Soldi en las Galerías Santa Fe
«Los amantes», el mural realizado por Soldi en las Galerías Santa FeClaudio Larrea

Un comerciante italiano de apellido Scappino, entonces dueño de uno de los locales que podían verse desde la Avenida Santa Fe al 1660, le encargó otro mural para decorar su negocio. Décadas después otro inquilino, como no tenía lugar para guardar los zapatos, construyó una pared adelante. Tras permanecer cerca de 20 años tapado, este último volvió a verse en 1998 pero se siguió deteriorando. Igual destino tuvo el centro comercial, que poco a poco se fue convirtiendo en un “paseo fantasma”. Cerró al público en 2019, para hacer “tareas de puesta en valor”.

Detalle del mural de Galerías Santa Fe
Detalle del mural de Galerías Santa FeClaudio Larrea

Colegio de Escribanos

Las mujeres sabias se titula el óleo sobre lienzo de 12 x 4 metros que Soldi pintó en 1964, como mural escenográfico para la obra teatral homónima de Molière, que se puso en escena durante dos meses en la sala Casacuberta del Teatro San Martín. “Como no quería perderlo y no podía subirlo por la escalera, lo guardó debajo de su cama y se tropezaba con el rollo de tela cada vez que iba al baño”, señala Daniel.

El mural que Soldi conservó debajo de su cama y ahora se exhibe en el Colegio de Escribanos
El mural que Soldi conservó debajo de su cama y ahora se exhibe en el Colegio de EscribanosMariana Eliano

En 1972, el escribano Adolfo Scarano le sugirió que lo donara al Colegio de Escribanos para su sede de la Av. Callao y Las Heras. “Le pagaron 10.000 dólares por la obra, que él donó a su amigo Luis Federico Leloir para su fundación”, agrega su hijo con orgullo. Hasta septiembre de 2023, sólo podían verlo los miembros del Colegio de Escribanos. Ahora está accesible a todo público, junto con un tapiz firmado por el artista, ya que en la planta baja abrió una sucursal de la cadena Croque Madame.

El tapiz firmado por Soldi que se conserva en el Colegio de Escribanos
El tapiz firmado por Soldi que se conserva en el Colegio de EscribanosMariana Eliano

Parroquia San Isidro Labrador

En 1971, Soldi pintó un mural de ocho metros de alto por cinco de ancho, en lo que había sido el antiguo retablo colonial del altar de la parroquia San Isidro Labrador (Av. San Isidro Labrador 4630). También realizó otra obra que se encuentra en el bautisterio, a la derecha del atrio. Junto a la pila bautismal hay un óleo que representa a San Miguel Arcángel luchando contra dos demonios. Su espada se apoya sobre la cabeza de uno de ellos, junto a la cual se ve otra calva. “Él decía que era la de Jorge Romero Brest –afirma Pinasco-, con quien tuvo un encontronazo cuando declaró que la pintura de caballete había muerto”.

San Miguel Arcángel lucha contra dos demonios en una de las obras que pintó en Parroquia San Isidro Labrador; uno de ellos, decía, era Jorge Romero Brest
San Miguel Arcángel lucha contra dos demonios en una de las obras que pintó en Parroquia San Isidro Labrador; uno de ellos, decía, era Jorge Romero BrestGentileza baiglesias.com

Fundación Favaloro

René Favaloro era muy amigo de papá. Le pidió un mural para su fundación, para que la gente se olvidara de sus problemas”, recuerda Daniel. Soldi realizó entonces una escena que representa a un grupo de músicos, instalada de forma permanente desde 1991 en el hall central de la sede de Av. Belgrano 1746, en Monserrat. “Es la reproducción de un biombo que usaba la Camerata Bariloche cuando hacía las giras”, explica su hijo Diego. Entre los artistas convocados por el cardiocirujano para realizar intervenciones se contaron también Gyula Kosice, Ferruccio Polacco, Juan C. Benítez y Domingo Gatto, quienes trabajaron durante meses en distintas técnicas y donaron sus obras.

El mural que realizó para la Fundación Favaloro, en el hall de la sede central
El mural que realizó para la Fundación Favaloro, en el hall de la sede centralSantiago Cichero/AFV

Estación José Hernández del Subte

Debajo de la Avenida Cabildo, entre las calles Virrey del Pino y Virrey Olaguer y Feliú, hay cuatro reproducciones de murales de Soldi. En la estación José Hernández de la línea D del Subte se exhiben Los amantes, La músicaEl ensayo y El jardín, cada una de 5,22 metros de ancho por 2,72 metros de alto. Realizadas con baldosas cerámicas, se inspiran en la cúpula del Teatro Colón y en las Galerías Santa Fe y fueron presentadas en 1997. Este mismo año, las obras aparecieron con rayones, manchas de aceite, marcas de pisadas y rastros de bolígrafo y lápiz negro. Fueron restauradas al año siguiente, bajo supervisión de la viuda del artista –Estela Gaitán- y sus hijos, quienes donaron los derechos de autor.

Uno de los murales de Soldi en la estación José Hernández del Subte
Uno de los murales de Soldi en la estación José Hernández del SubteSantiago Cichero/AFV

Colección Fortabat

La colección del museo fundado por Amalita Fortabat tiene 13 obras de Soldi, que pueden verse en el sitio web. Solo una se exhibe al público: Joven leyendo, un óleo sobre tela sin fecha de creación.

Joven leyendo, obra sin fecha, la única de Soldi que se exhibe en Colección Amalita
Joven leyendo, obra sin fecha, la única de Soldi que se exhibe en Colección AmalitaGentileza Colección Amalita

Museo Nacional de Bellas Artes

Hasta hace poco se exhibía en el Museo Nacional de Bellas Artes La hamaca, una pintura temprana, realizada alrededor de 1932. “Es el resultado visual de su etapa italiana”, escribe Roberto Amigo en el texto que la acompaña en el sitio web. También pueden verse online Jugadora de naipes (1968) y Niña vestida de rosa (1943), exhibida en la sede que el museo tiene en Neuquén.

La hamaca (ca. 1932), exhibida hasta hace poco en el Museo Nacional de Bellas Artes
La hamaca (ca. 1932), exhibida hasta hace poco en el Museo Nacional de Bellas ArtesGentileza Museo Nacional de Bellas Artes

Núñez

En Núñez se conserva la casa donde Soldi vivió con su familia desde la década de 1970 hasta su muerte, el 21 de abril de 1994. El artista tenía su taller en el piso superior de Pico 1702, cerca de la estación Rivadavia del Tren Mitre. “Tiró una pared que da a la vía y puso un ventanal para trabajar con luz de día –cuenta su hijo Diego-. Lo que se conoce como su ‘periodo amarillo’ era resultado de su trabajo de noche, iluminado por una lamparita, cuando trabajaba durante el día como escenógrafo”.

La casa donde trabajó y murió Soldi, en Nuñez
La casa donde trabajó y murió Soldi, en NuñezSantiago Cichero/AFV

Bariloche

El arquitecto Alejandro Bustillo proyectó la capilla San Eduardo, que se construyó cerca del hotel Llao Llao en 1938. En 1973, Soldi donó un friso llamado Retablo con escenas de la vida de San Eduardo. Originariamente era un tríptico, pero luego fue remodelado en forma de cruz.

La historia de San Eduardo, reflejada en la capilla del Llao Llao, en Bariloche
La historia de San Eduardo, reflejada en la capilla del Llao Llao, en BarilocheGentileza Daniel Soldi

González Catán

Una serie de obras pintadas por él para la capilla Cristo Caminante, de la Obra del Padre Mario Pantaleo: dos ángeles y una imagen de Nuestra Señora del Hogar. En los lazos que rodean a la Virgen se leen las siguientes palabras: caridad, fe, amor, sosiego, paz, bondad y cariño. “El padre Mario era muy amigo de papá y mamá, venía seguido a casa”, recuerda Daniel.

Interior de la Capilla Cristo Caminante, en González Catán
Interior de la Capilla Cristo Caminante, en González CatánGentileza Obra del Padre Mario Pantaleo

Castelar

El colegio y parroquia Santa Magdalena Sofía Barat, en Castelar, también conserva en su capilla un mural en cerámicas pintado por Soldi en 1983 por pedido del padre Carlos Baccholi. “El 26 de agosto de 1976 Soldi vino a la parroquia e ideó el dibujo –dijo este último en una entrevista-: el homenaje a la juventud representada por unos ángeles que recuerdan a algunos jóvenes, de las familias Franco, Chirieleison, Binello, muertos en distintos accidentes, y la imagen de Sofía Barat con el fondo de su pueblo, Joigny, copiado de una postal”.

El mural realizado para el colegio y parroquia Santa Magdalena Sofía Barat
El mural realizado para el colegio y parroquia Santa Magdalena Sofía BaratGentileza castelar-digital.com.ar

Campana

Florece como el lirio se titula el mural firmado en 1977, e instalado un año después en la Catedral Santa Florentina de Campana. Fue donado al obispado de Zárate-Campana por la empresa Tenaris-Siderca. “El mural cerámico de Santa Fiorentina -asegura el profesor Juan Antonio Lázara en revistaceramica.com.ar– es la obra artística más importante del mundo dedicado a la abadesa española”.

"Florece como el lirio" se titula el mural firmado en 1977, e instalado un año después en la Catedral de Campana
«Florece como el lirio» se titula el mural firmado en 1977, e instalado un año después en la Catedral de CampanaGentileza revistaceramica.com.ar

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/cultura/un-duende-en-el-colon-un-demonio-en-una-iglesia-y-un-mural-bajo-la-cama-revelaciones-sobre-raul-nid31052024/

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