María Elena Walsh, Sara Facio y una fundación para preservar la obra
La entidad fundada hace siete años para proteger y difundir el legado de la autora de Manuelita administrará también a partir de ahora la producción artística de la fotógrafa
Sara Facio no pensaba anunciarlo hasta que hubiera partido a otro plano, aunque la idea estaba hace tiempo. Pero los trámites avanzaron rápido, y la gran fotógrafa argentina, que el mes pasado cumplió 92 años, accedió a dar a conocer la anexión de su nombre al de la Fundación María Elena Walsh, con todo lo que esto significa: la entidad que creó para preservar el legado de quien fue su compañera por cuarenta años ahora también se ocupará del suyo. Así lo cuenta Graciela García Romero, que en calidad de presidenta de la ahora Fundación María Elena Walsh-Sara Facio presenta por estos días un homenaje en Madrid.
La fusión de la administración de los legados fue un pedido unánime de la comisión directiva de la fundación que integran personalidades como Silvia Mangialardi (directora de Fundación Luz Austral), Felicitas Luna (directora del Museo de Arte Popular José Hernández), María Isabel Murgier y la propia Facio. Leonor Benedetto se sumó como asesora.
“No me alcanzan los días para anunciar todo lo que tenemos que anunciar. La fundación creció mucho en estos siete años”, dice García Romero, documentalista, investigadora iconográfica, editora, escritora y curadora. Estuvo presentando premios, actividades, una película y la anexión en el Festival de la Mujer, el Bafici, la Feria del Libro y ahora está en Madrid, Casa América, para participar de Conexión Buenos Aires–Madrid, un programa interdisciplinario del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Allí habló de las raíces españolas de Walsh, su revolución en la literatura infantil y su condición de pionera feminista, la significación artística y cultural de Sara Facio, y se proyectó El cuento de mi vida, un corto animado dirigido por ella sobre la vida de la escritora para los más chicos.
A la entidad le espera una gran tarea: “Ahora es un tsunami. La obra de María Elena es más fácil de transmitir y es cuantificable. Hizo tantos libros, tantos ensayos y artículos, tanta música… Sarita hizo miles de fotos de todo el mundo cultural. Como tarea, la fundación va a comenzar a difundir su obra”.
La fusión de los legados no fue idea de Facio, pero aceptó. “Ella no quería invadir un territorio que es de María Elena. Es la continuación del respeto que se tuvieron siempre las dos en el mundo creativo de cada una”. Aunque las dos tienen sobrinos -Mariana Facio integró el Consejo de Administración de la Fundación María Elena Walsh hasta 2020-, Sara fue una gran beneficiaria de la herencia material e inmaterial de María Elena a su muerte en 2011, que conserva y administra desde la entidad. Parte del archivo fue a su vez donado a la Casa Museo María Elena Walsh, inaugurada en 2023 en Ramos Mejía, donde vivió la artista durante su infancia, adquirida por el Estado para rendirle homenaje.
Los dos premios que otorga la entidad son un logro. El 3 de junio abrirá la convocatoria de la primera edición del concurso literario infantil, para chicos de entre 4 y 12 años, con un jurado integrado por María Teresa Andruetto, María Fernanda Maquieira y María Amelia Macedo. El septiembre abrirá el de adultos, que ya va por su quinta edición. Hay también un trabajo amplio realizado en el archivo periodístico, cuya base ya está abierta a la consulta online. “Son los recortes que juntaron a lo largo de toda la carrera. Los primeros años, son hojas donde María Elena pegaba los artículos que le publicaban y anotaba la fecha. Después continuó juntando el material Sara”, cuenta García Romero, que es amiga de ellas desde hace 40 años.
García Romero y Mangialardi preparan la primera acción concreta para mostrar ahora la obra de Facio, con una gran muestra que inaugurará en julio en la Quinta Trabucco. “Es algo más caprichosa que una antológica. Comienza con un diálogo entre Borges y Julio Cortázar. En otra sala, María Elena desde la mirada de Sara, un registro de su recorrido artístico y de la relación entre ellas. Son fotos de la pareja: es importante para todo el mundo ponerle el nombre de la relación. En otra sala estará la serie de los funerales de Perón y un grupo de retratos, un contrapunto entre el fotorreportaje y las fotos de estudio”, cuenta. La muestra después va a itinerar por el CCK (futuro Palacio Libertad) y por museos de provincias.
Otra noticia es la reedición de Humanario, junto con una exposición. Se trata de un fotolibro realizado por Sara Facio y Alicia ‘Amico, imágenes tomadas en 1966 en hospitales psiquiátricos porteños. Fue publicado por la editorial La Azotea apenas unos días antes del golpe militar de 1976, y prohibido poco tiempo después. “También queremos hacer un libro sobre el vínculo entre María Elena y Pepe Fernández, basado en la correspondencia entre los dos entre los 18 años y la muerte de Pepe. Se va a llamar Un amigo nuevo no es lo mismo”, adelanta García Romero.
Por ahora, las sedes físicas de la Fundación son la casa y el estudio de Facio, ambos en Barrio Norte, que no están abiertos al público. “Yo tengo un sueño, y es lograr que la fundación tenga una casa que aloje los patrimonios y tenga apertura a las infancias y la juventud. Es lo que ellas dos querrían: que no se trabaje solamente con sus obras, sino que se fomente la vida cultural. Quisiera que quienes ganen los premios infantiles vengan a Buenos Aires con una semana de beca cultural, que comience con un té en la fundación, y después pasear por museos, teatros”.
