jueves, julio 4, 2024
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Festival Rural de Poesía de Lobos, un espacio ecológico, plural y democrático

En la localidad de Salvador María, un pequeño pueblo de 845 habitantes, a 20 minutos de la ciudad, dialogarán los poetas Hugo Mujica y Roberta Iannamico. Habrás talleres, lecturas y música.

Roberta Iannamico.
Roberta Iannamico.

«Aceptar que somos animales, criaturas de la tierra. Sintonizar nuestros sentidos animales con el terreno sensible: fundir nuestra piel con la superficie de los ríos ondulada por la lluvia, unir nuestros oídos con el trueno y el croar de las ranas y nuestros ojos con el cielo fundido”. Esta reflexión de Devenir animal (Sigilo), formidable libro del filósofo ecologista estadounidense David Abram, podría servir como epígrafe del 7° Festival Rural de Poesía de Lobos, que se realiza desde 2016 en un espacio rural diferente. En la localidad de Salvador María, un pequeño pueblo de 845 habitantes, a 20 minutos de la ciudad, el lugar elegido para esta edición, comenzará este viernes un taller de Tálata Rodríguez para chicos y chicas de escuelas secundarias. Hugo Mujica y Roberta Iannamico dialogarán sobre poesía, naturaleza y origen. También participarán con lecturas y música Satürado, ARCHAIC KNOWLEDGE, Anna Ferrer, Florencia Nigro, Ana Guebel, Manuela Suárez y Ernesto Romeo.

En una edición que se extiende un día más, el sábado, en los alrededores de la estación de trenes de Salvador María, desde el mediodía y hasta el atardecer, se podrán escuchar las voces de poetas de diferentes estilos y procedencias, como Marina Alessio, Pablo Katchadjian, Marie Gouiric, Juan Laxagueborde, Carolina Rack, Juan Diego Incardona, Flavia Calise, Galaxia y Mar, Marta Dillon y Marina Mariasch, entre otros. También se presentarán la cantante Mailén Pankonin y DJ Empalme, que cerrará con un set bailable. La Escuela de Televisión realizará un registro documental de este Festival organizado por María Lucesole, Elisa Palacio, Ana Inés López, Alejandro Jorge, Javiera Pérez Salerno y Carli Palazzesi. El 7° Festival Rural de Poesía de Lobos recibió este año subsidios como Gestionar Futuro del Ministerio de Cultura de la Nación y del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, además de aportes de la Municipalidad de Lobos.

“El festival surge de la pertenencia a una comunidad. De leer y escribir poesía, de ir a lecturas en vivo, de hacernos nuevos amigos poetas y de ir a otros festivales en el resto del país. La mayoría de los organizadores nacimos y vivimos en Lobos, o tenemos vínculos con la ciudad. Cuando surgió la idea de hacer algo en Lobos, todos vivíamos en Capital Federal”, explica María Lucesole. “El concepto principal del festival es que tenga lugar en zonas rurales. Nos movía y nos mueve la idea de expandir los espacios de lectura y también cierta performance, como leer con un paisaje, con un horizonte. Así que cuando la pandemia no era ni siquiera una idea distópica, el Festival ya tenía este formato”, revela Ana Inés López”.

Javiera Pérez Salerno subraya que en la postpandemia los espacios rurales se revalorizaron. “Muchas personas volvieron a sus ciudades natales, inclusive algunos de nosotros. También notamos que hay una puesta en foco de temas que tienen que ver con pensar nuestra relación con la naturaleza o el cambio climático, tanto en las ciudades grandes como en las pequeñas”, plantea la poeta, guionista y productora digital y aclara que en paralelo hay un aumento de la dependencia a las tecnologías de todo tipo. “Después de todo lo que vivimos con la pandemia, volvimos a una alienación muy parecida a la que teníamos antes o incluso más, si pensamos en esta pregnancia de lo virtual. Por eso, este espacio sigue guardando la misión con la que surgió, y que nos parece cada vez más importante: la idea de permitirnos un día festivo, sin hacer nada productivo, de vivir un día de contemplación, de contacto con la naturaleza y con la poesía”.

El énfasis puesto en lo rural alude al espacio geográfico. “La consigna no es leer poemas rurales, la temática es libre. Nos interesa el cruce de estéticas, estilos y propuestas. En el festival se han leído poemas hermosos que hablan sobre el campo o sobre vivir en espacios pequeños, pero también sobre ser queer, sobre nuestro vínculo con el trabajo o el consumo. Han pasado payadores, músicos con guitarra, músicos electrónicos. Tenemos raperos locales (hay una gran movida en Lobos y las zonas aledañas de este tipo de poesía y ritmo) y poetas muy contemplativos como Hugo Mujica”, cuenta Alejandro Jorge. “Más que nunca queremos ser un espacio de resistencia, queer, antifascista, ecológico, plural y democrático”, agrega uno de los organizadores y comenta que entre los proyectos en mente quieren generar una residencia orientada a poetas jóvenes para que puedan escribir y pensar desde el espacio rural como desencadenante.

En los poemas de Roberta Iannamico –que nació en Bahía Blanca, en 1972 y vive en Villa Ventana– hay lechugas, vacas, burros, viento, pasto, sandía, zanahoria, yuyos; todos los seres que aparecen dan la impresión de ser más grandes que la voz que los nombra (y los mira también). “Mi vínculo con la naturaleza y el paisaje y sus elementos se construyó en Villa Ventana, yo acá fui una más con plantas, animales o piedras, una más bajo el enorme cielo lleno de estrellas, una entre ellos y también en el mundo de los hermanos que tenemos más o menos el mismo comportamiento que los animales o el mismo tamaño que algunos mamíferos. Una más que necesita sol, agua, aire y comida para vivir. Que atraviesa cada año con las estaciones, sus noches y días. ¡Y bueno, la locura y belleza de la naturaleza se sirve en bandeja para la poesía!”, exclama desde Villa Ventana.

“No para nombrar/ lo que en la vida calla,/ para escucharlo/ es que escribo”, postula Hugo Mujica (Buenos Aires, 1942), poeta y sacerdote que vivió siete años en el más estricto de los silencios en el Monasterio de la Orden Trapense, y fue artista plástico, hippie y discípulo de Allen Ginsberg en la década del 60 en Nueva York. “Lo que escucho de la naturaleza es lo que se lee en mis poemas, lo que de ella me afecta y esa afectación es el responderle, el poetizar, cada vez, distinta y única vez, pero no es ella por un lado y yo por otro, dado que también lo humano es naturaleza”, advierte Mujica. “Creo que ser poeta, o crear en el sentido más amplio, es escuchar lo que la vida nos revela de lo que ella aprende de sí viviéndonos, y, claro, darle voz, esa voz que es de ella misma. Pero todo eso lo sé al escribirlo, nunca antes, antes apenas está el susurro, el aliento… el quizá”.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/615187-festival-rural-de-poesia-de-lobos-un-espacio-ecologico-plura

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