jueves, julio 4, 2024
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Ave María, la película argentina que se atreve a ridiculizar al feminismo

En vez de actores, está protagonizada por palomas.“Yo hago cine de resistencia y no dependo del Estado para hacer películas”, dice su director Diego Recalde.

Al parecer, primero pensó en Mercedes Morán y en Erica Rivas, pero intuyendo un no rotundo, fue por el lado de un cine de no-actores y se inclinó por palomas. No pregunten por qué decidió que la película la protagonizaran palomas: Diego Recalde es más improbable que la política.

Sus inicios en el sentido del humor retorcido arrancaron hace 20 años. No es uno del montón. Recalde se caracteriza por pro moverse solo, con cierta comodidad en su formato amenazante, creativo, monolítico: escribe, dirige, produce, actúa. Si fuera yanqui, ya estaríamos haciéndole una retrospectiva en la Sala Lugones.

Fruto del aprendizaje que empieza por el rechazo, Recalde es como un arqueólogo que se encapricha por el origen de las cosas. No desde la etimología, sino desde una ingenua obstinación por eso que se llama “verdad”. Cuanto más vindicatorio su arte, más artístico parece.

Es más conocido por haber retratado la vida de Tangalanga, desde la mirada de las “víctimas”. Sidra, su opera prima de 2002, fue hecha casi íntegramente con fotografías y voces en off, a la manera de una original fotonovela con audio. Sarcasmo, incorrección política, cercanía naif, observaciones agudas. Como dijo la crítica en su momento, «un tono general sencillo, creativo, mordaz y muy, muy efectivo».

Cuando estrenó La trans de la patria (2018), documental que aborda la historia de Francisco del Puerto, un peculiar marinero de Juan de Solís, dejó en claro su posición respecto de la identidad de género, dando a entender que aquello forma parte de nuestra vida desde el minuto cero en que el hombre blanco llegó a las Américas.

Felipe Pigna quedó asombrado por la hipótesis. «Las nuevas líderes del feminismo son, en definitiva el departamento de marketing de este movimiento. Siempre fuimos inclusivos», dice Recalde, antes de hablar de Ave María, la única película argentina que la emprende contra el feminismo y, tras fugaz paso por la pantalla grande, ya se puede ver en YouTube.

Agapito es un estudiante de El Colegio. Un día, la blanca palomita, se encierra en el baño a masturbarse con Paloma, una compañera de su curso. Otra alumna, una gansa, abrirá la puerta y lo agarrará con las manos en la paja. Agapito será acusado de violación… telepática.Diego Recalde: "El feminismo talibán vino por el arte".Diego Recalde: «El feminismo talibán vino por el arte».

-Estás un poco loco, ¿cómo decidiste meterte con este tema?

-El feminismo talibán vino por el arte, olvidándose deliberadamente que en una ficción puede pasar cualquier cosa, porque no se trata de un hecho real. Yo creo que cuando estamos frente a una experiencia ficcional, hay que suspender las categorías morales a las que estamos habituados y aceptar la mirada del autor. Aun cuando no coincidamos. De eso se trata la experiencia artística.

Hacer cuestionamientos morales a la obra es disparatado, porque arte y moral se separaron en forma definitiva en el siglo XIX. En una ficción puede pasar cualquier cosa, porque lo que está sucediendo ahí no es real. Por lo tanto ahí no puede entrar el Estado ni nadie a juzgar moralmente la obra. Querer controlar a las ficciones es lisa y llanamente censura.

-¿Llegás al asunto cuando el globo del feminismo parece estar un poco pinchado?

-Es cierto, se están desinflando. Ya no tiene poder de fuego. Perdieron credibilidad. Pero culpa de ellas. Ellas mismas dejaron en evidencia que armaron un colectivo no para defender a las mujeres, sino para defender a las mujeres peronistas; no para perseguir conductas sino para perseguir a los hombres que no son peronistas. La doble moral dejó a las reinas desnudas."Ave María" transcurre en un colegio donde los estudiantes son “blancas palomitas".«Ave María» transcurre en un colegio donde los estudiantes son “blancas palomitas».

Otra clase de actores

-¿Cómo es trabajar con palomas?

-Hermoso y necesario. Porque la película transcurre en un colegio donde los estudiantes son llamados “blancas palomitas”. Eso me inspiró y a la vez me obligó a profundizar en la metáfora, haciendo que toda la película pasara a tener alas. Y así, aleteando, pude meterme con un tema que me obsesionaba: el “feminishmo”, ese movimiento que surgió de la fusión del feminismo con el kirchnerismo.

-¿Pero es una película polémica o palómica?

-En realidad es una memécula. Porque es una película hecha con memes.

-Explicame cómo hacés para meterte, en clave de comedia, con temas tan delicados. ¿No le temés a la cancelación?

-No le tengo miedo a la cancelación, porque no dependo del Estado para poder hacer películas. Pero además la película habla de una masturbación, esto que para las feministas más talibanas significa hoy una “violación telepática”. Es imposible tomarse algo así en serio.El documentalista Diego Recalde, famoso por la trilogía del Doctor Tangalanga. Foto: Maxi Failla. El documentalista Diego Recalde, famoso por la trilogía del Doctor Tangalanga. Foto: Maxi Failla.

-Toda la peli apunta a destruir la corrección política…

-Necesito defenderme. La corrección política nos está destruyendo. Hoy todas las películas parecen haberse olvidado de que el arte ¡es! incorrecto. Es más, si el arte está para algo, es para hablar de lo que no se puede hablar. Porque el arte, desde siempre, vino a levantar la alfombra para mostrarnos qué hay debajo.

El derecho a la libre expresión artística está garantizado por la Constitución Nacional y es un derecho que no puede ser restringido o revocado por las leyes humanas. Artículos 14 y 32 de la Constitución y Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La corrección política no está por encima de la Constitución Nacional.

De qué hablar en una ficción

-Encarás asuntos que hasta los «intelectuales» dicen no animarse.

-Es que hoy la mayoría de los “intelectuales” hacen esfuerzos “sobreintelectuales” para no decir lo que verdaderamente piensan. Y ya sabemos por qué. Por la dádiva estatal o la futura dádiva estatal, que desde luego viene con el manual del buen militante que les dice cómo deben pensar y expresarse. O sea, algo que está en las antípodas de lo que representa un intelectual. Igual, la postal final es triste. Porque mientras los líderes del Estado presente van en yates, ellos con suerte tienen una tablita de telgopor alquilada y los miran pasar.

-Tenés varias películas ya, ¿qué tipo de cine es el cine de Diego Recalde?

-Un cine donde cuento la historia que tengo ganas de contar. Encima tenga la fortuna del ser el productor. Por lo tanto, siempre el director (o sea yo) filma muy contento lo que le pide el que pone la plata (o sea yo).

Incluso me da risa cuando algunos intelectuales de izquierda dicen que como no hago cine oficialista, hago cine de derecha. No, yo hago cine de resistencia. Me resisto a que me uniformen para que terminemos pensando todos lo mismo. Porque ya se sabe: cuando todos piensan igual hay uno que está pensando por todos. Además, estos intelectuales ignoran que la izquierda y la derecha son esencialmente lo mismo: estatistas que apuestan por ficciones totalizantes y, cuando van por todo, persiguen al que piensa distinto.

-¿No sentís que tu cine es cada vez más político?

-Sí, aunque si me pongo a pensar en Sidra y en T.Ves?, mis primeras películas, ya lo venía haciendo. En Sidra, que es del año 2000, me burlo de cómo funciona la entrega de plata en el INCAA. Y en T.Ves? (2002) me burlo de la izquierda argentina. Ahora bien, lo que también es cierto es que el kirchnerismo, usando la corrección política como herramienta para poder justificar la censura, vino por todo para aniquilar el disenso e ir de manera deliberada contra la opinión propia.

Y así salió a colonizar todos los espacios para imponer su ficción totalizante. Y entonces, cualquier cosa que hoy salga del manual del militante, pasa a ser una contestación política. Por eso, al decir lo que verdaderamente pienso sobre el tema que fuere, accidentalmente me rebelé y quedé haciendo un cine político, que le viene a responder a este poder omnímodo.Diego Recalde: "Necesito defenderme. La corrección política nos está destruyendo". Foto: Maxi Failla Diego Recalde: «Necesito defenderme. La corrección política nos está destruyendo». Foto: Maxi Failla

-La gente comenta: «Una agudísima mirada hacia las falacias del sororaje vernáculo». Se la califica de «brutal». ¿Para qué estás preparado?

-Mirá, el “feminishmo” es un gesto histérico. En realidad lo que hubo fue un cambio de amo. Cambiaron al macho opresor por la lesbiana opresora. Una lesbiana que les dice cómo deben vestirse, cómo deben actuar y a quién deben escrachar. La realidad es que el feminismo real sucede sin que el Estado intervenga. En cambio el feminismo kirchnerista se inventó para intervenir al Estado y saquearlo. Las “feminishtas” son las sobrinas de Rica Mac Pato y las sobrinas del censor Miguel Paulino Tato. Siempre están buscando alguna caja y también buscando a quien censurar. Pero como yo las tengo muy radiografiadas, no les tengo miedo. Es más, no pregunto cuántas son sino que vayan saliendo.

Fuente: https://www.clarin.com/espectaculos/ave-maria-pelicula-argentina-atreve-ridiculizar-feminismo_0_36ewaFGc8k.html

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