Espartanos y cómo jugar al rugby en la cárcel ayuda a no reincidir en el delito
- Eduardo «Coco» Oderigo creó Espartanos, un equipo de rugby carcelario, experiencia que se replicó en muchas partes del mundo.
- Mientras que en el sistema penitenciario argentino la reincidencia es del 65 por ciento, entre los que integran sus planteles es sólo del 5.
- Disney + estrenó una serie de ocho capítulos sobre esta historia, en la que Guillermo Pfening interpreta a Oderigo.
Como frente a un espejo, la realidad se mira en la ficción y se reconoce. Las dos historias (la real y la guionada) se nutren y potencian, produciendo entretenimiento, valores humanos y transformaciones. Sentados junto a Clarín hay dos hombres. Uno es el arquitecto que concretó lo que al principio parecía una utopía, y frente a él quien aceptó ponerse en su piel y reflejar su alma. Uno es el abogado y exjugador de rugby Eduardo “Coco” Oderigo (54) y el otro es el actor Guillermo Pfening (46); entre ellos se gestó una química que terminó en amistad y admiración. El resultado es Espartanos, una historia real, la nueva serie de Disney+ que se estrenó el 19 de febrero sobre el primer equipo de rugby carcelario de la Argentina.
Dirigida por Sebastián Pivotto y realizada por Pegsa (la productora de Agustín Pichot, ex capitán de los Pumas), la nueva producción incluye en el elenco a Pablo Rago, Lautaro Zera, Jorge Suárez, Juana Viale, Carla Pandolfi y Valentín Villafañe. Además los exjugadores del seleccionado nacional de rugby Juan Leguizamón y Javier Ortega Desio; el cantante y rapero G Sony y el actor Lautaro Delgado Tymruk.
Espartanos, una historia real cuenta la épica cruzada de Eduardo “Coco” Oderigo, quien jugó en la primera división del SIC, y cuando tomó contacto con lo que sucedía en las cárceles argentinas, se le ocurrió entrenar a un grupo de presos de la Unidad Penal N° 48 de la localidad bonaerense de San Martín.
Así nació Espartanos, el primer equipo de rugby carcelario. No fue de la noche a la mañana, porque “Coco” tuvo que atravesar miles de dificultades y resistencias. Y en eso profundiza esta serie a lo largo de ocho episodios de 35 minutos.
Dice “Coco”: “De entrada tenía miedo de hacer una serie, porque para mí era algo natural. Naturalicé ir a la cárcel y tener un equipo de rugby. Cuando Agustín Pichot y Disney vinieron con esta idea, diciendo que iban a darle forma de serie, me pregunté si se respetaría todo lo que sucedió. Y la verdad es que me saco el sombrero y estoy muy agradecido. Respetaron todo y lo lograron de una manera que no es aburrida. Los guionistas, los hermanos Andrés y Pablo Gelós, para mí son dos cabezas superiores: con las historias que les conté, armaron un guión estupendo”.
Y agrega: “Creo que es una de las series más interesantes que se pueden ver: tiene emoción, risas, superó mis expectativas ampliamente. Agradezco el respeto que tuvieron no solo a Espartanos, sino a mi propia familia, porque también está presente en la serie”.
Los miedos que atravesó Pfening
Confianza y empatía. Lo que se generó entre Guillermo Pfening y “Coco” Oderigo durante el rodaje de «Espartanos, una historia real». Foto: Mariana Nedelcu
Cuando Guillermo Pfening realizó el casting y fue seleccionado para encarnar a Oderigo, dudó si iba a poder hacer esta serie. “Me proponía un mundo que como actor todavía no había habitado. Después, cuando lo conocí a ‘Coco’ en los primeros ensayos, hubo algo de él que me dio tranquilidad”.
El actor agrega: “Es la primera vez que me toca interpretar a alguien real y contemporáneo. He hecho personajes históricos pero no a alguien que esté al lado mío. Después hasta terminó siendo más fácil. Porque siempre estaba ‘Coco’ al lado, de una manera incondicional, ayudándome con un montón de dudas que me surgían”.
Pfening conocía la historia de Espartanos a través de los medios, pero de manera muy superficial. Y además tuvo otro desafío, el de relacionarse con un deporte que a priori consideraba un poco agresivo. “Nunca había practicado rugby. Me gustan los deportes, juego mucho al tenis, y de hecho con ‘Coco’ a veces jugamos unos partidos”, comenta el actor deslizando que con el fundador de Espartanos generó una gran amistad.
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Por su parte, «Coco” Oderigo cuenta que los primeros encuentros con Pfening fueron rarísimos. “Nunca me pasó nada parecido. Tenía alguien enfrente que ya de entrada me miraba y me imitaba. Y la segunda vez que lo vi estaba con una camisa que él no usaba y yo sí. ¡Y con las mismas alpargatas que yo tenía! (Risas). Guillermo se empezó a mimetizar conmigo y eso me gustó. Descubrí no solamente a un actor maravilloso, sino a una gran persona, que es mucho más importante”.
El ex rugbier no conocía a Pfening. “No sabía ni cómo se escribía el apellido, empecé a googlear y todos me decían: ‘¡Mirá qué fachero que es!’. Y yo pensé que por lo menos en ese aspecto iban a elevar un poco la vara”, bromea.Un momento del rodaje de «Espartanos, una historia real», con Guillermo Pfening como «Coco» Oderigo.
Pfening agrega: “Siempre me debato entre si hay que hacer como una imitación o no. Algunos modismos fui agarrando. Reconozco que cuando me cortaron el pelo y me tiñeron para estar canoso como ‘Coco’, empecé a meterme más en el personaje. Inclusive una vez me confundieron con él. Estábamos haciendo un exterior y alguien se acercó y me dijo: ‘Coco, te quería agradecer…’. Y yo: ‘Él es Coco, no soy yo’ (Risas)”.
Aprender a ser un rugbier
-Guillermo, ¿cómo aprendiste los rudimentos del rugby?
Pfening: Todo el equipo empezó a entrenar, teníamos un coach. Tuve que aprender a taclear y la idea era no romperme. Yo siempre pensé que el rugby era un deporte bruto, que me podía lastimar, como ya no tengo 25 años (Risas). Pero después te das cuenta de que es todo técnica, y que sabiéndola uno se puede cuidar y proteger.
-¿Era la primera vez que tomabas un contacto tan cercano con el mundo de los presos?
-Sí, imaginate que filmamos mucho en la Unidad 48 del penal de San Martín (que es donde hace foco la serie y empezó esta historia que después se multiplicó en un montón de cárceles de la Argentina y de otros países). En el patio, o en la cancha de rugby que hay en ese lugar, teníamos contacto todo el tiempo con las personas que trabajan allí y con quienes están privadas de su libertad. En otras circunstancias había estado en cárceles, pero con esta serie me empapé mucho más en el tema.Para Guillermo Pfening, un hombre orgullosamente gay, adentrarse como actor en el ámbito del rugby, en el que un homosexual podría pasarla muy mal, fue un desafío. Foto: Mariana Nedelcu
En la actualidad, la reclusión carcelaria ofrece matices que hasta incluyen el modelo de mano más dura (como la política del presidente de El Salvador, Nayib Bukele),
Sobre este tema, “Coco” Oderigo opina: “El mensaje que se expresa en la serie es el mismo que llevamos de entrada, que es: ‘Hagamos algo más de lo que se está haciendo’. La idea no es ponerse a criticar si un gobierno o una política carcelaria son mejores que otros, sino que es agregarle valor a lo que se está haciendo. Este tema no se soluciona ni con una Fundación ni con un Ministro ni con un Presidente más o menos fuerte, esto se soluciona entre todos”.
-Y en especial hoy en día, cuando la seguridad es uno de los temas prioritarios.
Oderigo: Por eso, que Disney saque una ficción como esta, desde un lugar humano, consciente y profundo, creo que va a inspirar a un montón de gente a hacer algo más. Estés adentro del gobierno o afuera, la idea es inspirar a toda la sociedad a hacer algo más. Por eso la masividad que ojalá tenga la serie puede ser tan importante.Recreación. Rodaje de «Espartanos, una historia real», sobre un grupo de rugby carcelario. Foto: Disney +
Masculinidad estereotipada y liderazgo positivo
Tanto el rugby como el ámbito carcelario son espacios que históricamente ocupan protagonistas con una imagen de masculinidad estereotipada. Se los asocia (por desconocimiento) con la violencia y hasta con expresiones homofóbicas. Para Guillermo Pfening, un hombre orgullosamente gay, adentrarse como actor en estos ámbitos en los que un homosexual podría pasarla muy mal, también significó una tarea desafiante.
Guillermo confiesa: “Fue una de las cosas que me planteé al principio: cómo encararlo. Y fue un desafió plantarse en esas situaciones, pero después me di cuenta de que ‘Coco’ no hace eso. No es alguien que está todo el tiempo demostrando si es masculino o no. Él pone el foco en mirar a los ojos, estar al lado de esas personas e irles directo al alma. Y eso es lo que me ayudó a mí a interpretar este personaje. No tenía que hacer un estereotipo de lo masculino y fuerte, sino a una persona humana. Y ahí me tranquilicé, porque creo que es una condición que tengo, que soy bastante humano”.
Y agrega: “Lo que hace ‘Coco’ frente a un conflicto es tirar un chiste, y así desarma todo. Lo he visto manejar situaciones complicadas y nunca se impuso con un grito, y mucho menos desde la fuerza.”
“Coco” y Guillermo posan para la fotógrafa de Clarín con la complicidad de dos hombres unidos por una causa: uno representa la realidad y el otro a la ficción, pero a partir de este juego que les propuso Disney+, el de crear la serie Espartanos: una historia real, conectaron sus corazones y hoy comparten una profunda amistad.Oderigo remarca que el programa de rugby carcelario se replica en 44 unidades penales de la Argentina y en 16 penales del exterior, ubicados en España, Chile, Uruguay, El Salvador, Perú y Kenia. Foto: Mariana Nedelcu
“Coco” empezó con su gesta empática en 2009. Hacía 15 años que trabajaba en un juzgado penal y estaba acostumbrado a las historias de gente privada de su libertad, pero lo que vio cuando asistió a una cárcel lo movilizó. “Me gustaría enseñarles a jugar al rugby a los presos”, le dijo al director del penal.
El mayor triunfo
Siete años después de la creación del equipo, con el apoyo de voluntarios, donantes y empresas, creó Fundación Espartanos. La reincidencia del sistema penitenciario argentino es del 65 por ciento. La de los Espartanos, del 5 por ciento. ¡Ese es el mejor try de Oderigo!
Los Espartanos ofrecen programas de capacitación y contactos con empresas dispuestas a dar una segunda oportunidad. El programa se replica en 44 unidades penales de la Argentina y en 16 penales del exterior, ubicados en España, Chile, Uruguay, El Salvador, Perú y Kenia. A nivel nacional, participan más de 2500 jugadores entre penales federales y provinciales.
“Coco” afirma: “Imaginate si la serie logra inspirar a más gente en todo el mundo. No sólo es pasarla bien viendo una ficción. Esas personas a las que sacaron de la sociedad porque hicieron todo mal, desde el fondo del mar pueden levantar la cabeza. Eso es lo que muestra la serie. Por eso, Espartanos es una invitación a terminar con los prejuicios y tener empatía. Hacer puentes entre las personas”.Juana Viale, junto a Guillermo Pfening, en «Espartanos, una historia real». Foto: Disney +.
-Y a vos Guillermo, ¿en qué te transformó esta aventura actoral tan desafiante?
Pfening: En lo profesional, con esta serie llegué a lugares que nunca me habían propuesto o quizás a los que yo mismo no me animaba a llegar. Creo que Espartanos me convirtió en mejor actor y en un mejor ser humano.