sábado, octubre 5, 2024
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El Estado tendría que pagar para quedarse con el mural de Siqueiros

La obra “Ejercicio Plástico”, que está en el Museo de la Casa Rosada, atraviesa un juicio expropiatorio desde que se mudó para el Bicentenario; según el peritaje de distintos especialistas podría costar hasta 225 millones de dólares

La emblemática obra Ejercicio plástico del muralista mexicano David Alfaro Siqueiros, exhibida en el Museo de la Casa Rosada, transita hace casi una década y media un juicio expropiatorio que aún no ha resuelto una cuestión central: ¿Cuánto deberá pagar el Estado Nacional para convertirse en propietario de esta pieza de arte? Según informes periciales incorporados recientemente en el expediente, a los que LA NACION tuvo acceso a través de una fuente que interviene en la causa, la cifra podría ascender hasta los 225 millones de dólares.

La historia de este tesoro artístico de casi tres metros de alto, siete de largo y más de cinco de ancho, lleva consigo un sinfín de capítulos desde su creación, en 1933, sobre las paredes y el techo del sótano abovedado de la casa quinta Los Granados, del entonces empresario periodístico Natalio Botana. Extraído de su sitio, pasó por restauraciones, quedó encerrado por años en un depósito en San Justo y fue objeto de intrincadas marañas judiciales. El derrotero pareció calmarse cuando en 2008 una colaboración público privada permitió que el mural brillara por primera vez a la vista de los argentinos, gracias a un contrato de préstamo que vencía a finales de 2010, por medio del cual Dencanor S.A., dueño del bien, entregó la obra al Estado para que sea exhibida en el marco de las celebraciones del bicentenario. Corría noviembre de 2009 y, mientras el mural se restauraba preparándose para salir al escenario, el Congreso Nacional declaró al mural de utilidad pública y sujeto a expropiación, desencadenando así el proceso judicial que llega hasta hoy. Desde entonces, la obra nunca se ha devuelto a su propietaria.

Para que una expropiación se considere completa, deben cumplirse tres requisitos: la toma de posesión del bien por parte del expropiante, la emisión de una sentencia firme y el pago de la indemnización fijada por el juez. La fecha de la toma de posesión es crucial porque la indemnización se fija teniendo en cuenta el valor del bien en ese momento. En este caso, el Estado Nacional tomó posesión el pasado 14 de diciembre, con un fallo de la Corte Suprema en el marco del juicio expropiatorio. La sentencia sigue pendiente.

¿Cuántos millones?

Con la fecha de toma de posesión fijada, se produjeron nuevos informes periciales sobre el valor de la obra. Daniel Schavelzon y Eduardo Guitima, los peritos designados por Dencanor S.A, ubicaron un precio de entre 190 y 225 millones de dólares. Melanie Sol Ruiz Bairo, la perito elegida por el juez de la causa, lo estimó en 150 millones de dólares como “base en la hipótesis que hubiera puja de compradores”. Esta cifra coincide con el monto de una oferta de compra desde México por empresa propietaria del mural, en abril del año pasado. Por su parte, Eduardo Tenconi, el perito por parte del Estado Nacional, opinó que el Siqueiros costar entre 6 y 8 millones de dólares.

El valor propuesto por tres de los cuatro peritos pondría a Ejercicio plástico en sintonía con los precios de las obras de arte más caras vendidas en subastas de la historia, top ten que encabezan Salvador Mundi, el cuadro atribuido a Leonardo da Vinci (US$ 450.312.500) y la Marylin de Warhol (US$195.040.000) y cierra en el décimo lugar La montaña Sainte-Victoire, de Cézanne (US$137.790.000).

Detalle del mural originalmente pintado en el sótano de la quinta de Natalio Botana; su historia incluye un derrotero de novela
Detalle del mural originalmente pintado en el sótano de la quinta de Natalio Botana; su historia incluye un derrotero de novela

Un monto indemnizatorio como este superaría los precios de venta de otros murales de Siqueiros. Por ejemplo, Retrato de México hoy, realizado por el artista en 1932 en una casa privada en Los Ángeles, California, se vendió en 1991 por 2,5 millones y la inversión para el desmontaje, restauración y traslado al Museo de Arte de Santa Bárbara, fue de 9 millones, según detallaron los peritos en sus informes. América Tropical, otro mural del mismo año, en la calle Olvera, de la misma ciudad, fue recuperado gracias a un proyecto impulsado en 1990 entre Getty y la Municipalidad de Los Ángeles. En este caso, también según los peritos, el precio de venta alcanzó la cifra de US$8,95 millones y la inversión para la restauración, que duró veinte años hasta su apertura al público en octubre de 2012, fue de 16 millones.

Este rango de precios sobrepasa también los récords latinoamericanos batidos cuando en 2021, Eduardo Constantini adquirió Diego y yo de Frida Kahlo por 34,8 millones de dólares. Leonora Carrington es otra artista mexicana a quien mirar con lupa desde que su obra Las distracciones de Dagoberto, comprada este año también por el fundador del Malba, por US$28,4, superando por nueve veces su propio récord anterior en subastas.

Una obra “absolutamente única”

¿Cómo se valúa una obra de arte tan excepcional? “No existe en el mundo una fórmula que permita establecer estas cifras sin el peritaje que tome en consideración todas las variables —opinaron Schavelzon y Guitima en un informe anterior, al que ahora se remiten—. El precio definitivo de una obra de arte o un objeto histórico-cultural es por lo tanto el resultado de su valor material, más el valor de la obra del autor, la publicidad, el conocimiento nacional e universal (libros, películas y publicaciones sobre su historia e importancia), su significación internacional y nacional sea política, cultural o teórica, su unicidad, su forma y materiales de manufactura, el que haya sido ejemplo para una época o estilo, entre otros factores a considerar”.

En cuanto a los otros murales vendidos del artista, apuntaron que esas obras “son planos, no espacios volumétricos completos, no tienen valores agregados ni son trasladables y que las ventas se realizaron hace décadas”.

Según Ruiz Bairo, esta obra de arte no puede valuarse de manera tradicional porque hay factores que afectan la valuación intrínseca y simbólica agregándole valor. Se trataría, según ella, de una obra “absolutamente única” en la que trabajaron varios artistas, considerados hoy grandes maestros del arte latinoamericano. Además, tanto en Argentina como en México, han declarado a esta pieza de importancia nacional.

Por último, Tenconi fundamentó su opinión teniendo en cuenta los precios de ventas de los otros murales del mexicano, sin los costos adicionales de su restauración. “Se deben considerar estas cifras porque los valores de estimación de precio en obras de arte tienen que ver con los valores que alcanzan en el mercado (…)”, se lee en el escrito presentado en febrero de este año. Además, contrariamente a sus colegas, Tenconi cree que las declaratorias de interés histórico que lleva consigo la historia de Ejercicio plástico “inciden negativamente en el mismo por lo cual las especulaciones acerca de un hipotético precio en un remate internacional son inviables y no hay medio de medición posible de cuál sería el precio final”.

"El mural" fue llevado al cine por Héctor Olivera, con Carla Peterson y el actor mexicano Bruno Bichir como David Alfaro Siqueiros
«El mural» fue llevado al cine por Héctor Olivera, con Carla Peterson y el actor mexicano Bruno Bichir como David Alfaro Siqueiros

Los pasos que siguen

El pago de la indemnización es un requisito necesario para completar el proceso expropiatorio. Lo indica la ley y antes que eso, la Constitución Nacional, cuando en su artículo 17 sostiene: “La propiedad es inviolable, y ningún habitante de la Nación puede ser privado de ella, sino en virtud de sentencia fundada en ley. La expropiación por causa de utilidad pública, debe ser calificada por ley y previamente indemnizada”.

Hasta hace poco, el juicio de expropiación había estado supeditado a otro paralelo en el cual Dencanor S.A. cuestionaba la constitucionalidad de la ley expropiatoria. Pero desde que la empresa decidió desistir de aquel proceso en mayo de este año y el máximo tribunal confirmó el desistimiento, quedando claro que la ley es de carácter constitucional, el camino quedó despejado para que se dicte el veredicto, se establezca el monto a pagar y se ponga el punto final a esta trama judicial.

En estos contenedores reposó fragmentado, durante años, el mural de David Alfaro Siqueiros antes de ser restaurado
En estos contenedores reposó fragmentado, durante años, el mural de David Alfaro Siqueiros antes de ser restaurado

Aunque los informes de los peritos aportan luz sobre el valor de la obra en disputa, ellos no son vinculantes y el monto a pagar a la empresa lo deberá decidir el juez.

Hay que agregar que Ley de Expropiaciones otorga en su artículo 29 al Estado la opción de desistir del proceso expropiatorio. No obstante, aun en el conocido contexto económico de ajuste, el gobierno de Javier Milei ha elegido continuar con la expropiación, rechazando por medio de una carta documento, con fecha de marzo, la solicitud expresa que había formulado Dencanor S.A. para recuperar la obra.

En definitiva, la historia de cómo se establecerá el valor de este mural pintado en un sótano, olvidado, rescatado, desarmado con ingeniería de avanzada, atrapado entre juicios y depósitos, objeto de leyes y decretos, titular de notas, artículos y libros…continuará.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/cultura/el-millonario-valor-en-dolares-que-el-estado-tendria-que-pagar-para-quedarse-con-el-mural-de-nid23082024/

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